El intenso calor de la luna

el intenso calor de la lunaHace unos años atrás, recuerdo haber leído a un “crítico literario”, referirse a una novela escrita por una escritora chilena, como “una novela más que cuenta de problemas existencialistas de mujeres burguesas”. No recuerdo al emisor de tamaña brutalidad (o quizás inconscientemente decidí olvidarlo), pero sí recuerdo lo violentada que me sentí como mujer y como lectora.

El Intenso Calor de la Luna, de Gioconda Belli, su última novela, aún no distribuida en Chile (pero si en otros países de Latinoamérica), tiene como eje central la historia de Emma, una mujer de 48 años, burguesa (qué crimen), que cuenta desde una posición femenina, cómo la llegada de la menopausia y el nido vacío, trastoca su vida, cuestiona su femineidad y su posición en la vida. Su existencia. Esos problemas que parecieran que son tan repetidos, insufribles, y poco entendidos para muchos que se quejan de no entender al sexo femenino. Por suerte, las mujeres estamos leyendo cada vez más, por suerte, la brecha educacional se está disminuyendo en comparación con los años de escolaridad masculinos. Por suerte, cada vez son más las mujeres escritoras que escriben sobre temáticas femeninas, para un público cada vez más demandante. Y todo esto ha obligado a las editoriales a publicar cada vez más libros escritos por autoras que se atreven a abrir este invisible mundo.

La historia de Emma, aunque narrada maravillosamente, es casi irrelevante. Los hechos, las hazañas, los (des)encuentros sexuales, el desvanecimiento de un matrimonio, quedan escondidos, detrás de las profundas reflexiones que hace la Belli acerca de una etapa de la vida de la mujer que ha sido poco tratada y más bien escondida en ese mundo privado donde pareciera debiera se estar el rol aceptado socialmente para la mujer: la menopausia.

El libro se cuestiona porqué por el hecho de perder la capacidad de reproducirnos, nos sentimos menos mujer. Porque esa es una realidad que cuesta sacarse de la cabeza cuando son años de construcciones y creencias basadas en imágenes mujeres bigotudas y asexuadas en que supuestamente se transforman quienes pierden la menstruación.

Mención aparte, el personaje de Jeanina, la ginecóloga, voz detrás de la cual se esconde la Belli, para romper como una ráfaga con unos cuántos paradigmas acerca de la menopausia:

“Esta es tu hora de ser más mujer, de ser sólo mujer, enteramente mujer, de ser para vos misma y descubrir que tu poder no reside en bailar la danza del apareamiento, ni de tener las plumas más vistosas. Tu poder no depende de la sexualidad; disfrutá de ella, pero no reside allí. ¿Sabes cuál es nuestro capital, nuestra mina de diamantes? El amor. No te estoy hablando en términos románticos. Lo que las mujeres poseemos en abundancia es una innata capacidad de dar y recibir amor.”

“Pensalo, Emma. No has perdido nada, nada absolutamente. Ya tuviste tus hijos. El ciclo de la fertilidad ya no es necesario, la regla tampoco. Es tu tiempo ahora. Y el poder que desarrollaste en todos estos años practicando el amor hacia afuera está intacto y maduro; es una capacidad extraordinaria que te afinó como un magnífico instrumento para que ahora vos hagás la música por el puro placer de oírla.”

Este no es un libro para mujeres menopáusicas. Es para todos. Para aquellas mujeres jóvenes que no tienen consciencia del potencial oculto en su cuerpo, para aquellas, que aún nos estamos construyendo en la etapa del “amor hacia afuera”, para que no nos perdamos de nosotras mismas, para aquellas, que ya están en esa etapa, es una invitación al goce, a entender que la vida, sabiamente, nos devolverá la mano a todas con un tiempo para nosotras mismas. Pero también, para todos aquellos hombres que quieran realmente ver a una mujer en su totalidad. Absolutamente recomendable.


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