Burnout

Posted on

¿Estás cansada?

¿Has escuchado del “burnout”?

¿Ya no das más con la cantidad de labores paralelas que estás llevando simultáneamente?

Teletrabajar, trapear, limpiar casa y baños, cocinar todos los días, lavar platos, lavar ropa, doblar, planchar, apoyar a tu(s) hijos o hijas/niet@s con lo que no entendieron de las clases online.

¿Se te hace demasiado rutinario y sin sentido?

Además de eso, tratas de mantener una actitud positiva frente a la incertidumbre del futuro, no solo en salud, sino en lo económico. No sabes cómo seguirá el trabajo, y ahora te das cuenta y te da rabia lo que cuestan las mascarillas y no poder encontrar alcohol gel o toallitas de cloro por ningún lado?

Te has visto obligada a fijarte en qué hay gastos innecesarios porque se ha doblado el costo de la luz, el agua, los gastos comunes, y ahora se viene la calefacción y estás pensando si ¿la prendo o no?

Si todo esto te hace sentir identificada, te lo cuento: eres tremendamente privilegiada. Y así, como Mañalich, hay que hacer un sincericidio. Nos creíamos buenas personas, buenas empleadoras, multitasking y eficientes. Y sin embargo, estábamos ciegas, sordas y mudas, como diría Shakira.

Porque no sabemos nada. Somos parte del 20% de las mujeres en Chile que contamos con alguien que trabaja en nuestro hogar y nos permite enfocarnos en trabajar fuera de él. Nuestr@s hij@s van a un colegio de calidad que permite que sin tu ayuda o apoyo diario, comprendan la materia de manera más o menos decente y nos molesta si un profesor(a), se equivoca en algo o nos parece equivocad@ en su método.

No tenemos presente el miedo sobre el futuro, porque tenemos capacidad de ahorro, o al menos, de seguros de cesantía, vida, salud, e incluso la capacidad de endeudarnos o el apoyo de familiares y amigos si nos llegase a pasar una tragedia.

No tenemos idea, que un 80% de las mujeres en Chile, no tienen nada de esto. Viven en la misma incertidumbre que sentimos hoy, desde siempre. Y sin una casa o depto de al menos 100 mt 2, donde existe un espacio para tener al menos 2 o 3 escritorios, reconvirtiendo mesas de comedor u otros con algo de ingenio.

No tenemos idea porque esas mujeres no se muestran. No tienen voz. Nosotras sabíamos que existen, sabíamos todo lo que hacían, sabíamos cómo vivían, las conocemos, porque conviven a diario en nuestra casa, en el mall, en la peluquería o en una tienda. Pero hoy, sentimos un pedazo (pedacito) de lo que sienten ellas. Sentimos que a pesar de trabajar más de 14 o 15 horas diarias entre pega y casa, el tiempo no alcanza. La plata tampoco. Y eso que no nos trasladamos a ningún lado. Estamos encerradas en esta vida.

Hoy quieres y esperas es que todo esto se acabe luego.

Pero para muchas, su vida es una pandemia. Y no puede seguir siendo así.

La Pandemia Covid-19 pasará. No permitamos que lo que ya sentimos, lo siga sintiendo una mujer más.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.